Sobre la Vocación del Hermano

Siempre me encuentro con la pregunta: ¿y por qué no se hizo sacerdote en lugar de Hermano?
Incluso de parte de nuestros seminaristas que pasaron por la pastoral vocacional.


Para muchos, es incomprensible que se opte por este estado de vida dentro de una comunidad donde existe la oportunidad de ser  sacerdote. 


Creo que la respuesta es bien clara si nos remitimos a la palabra de Dios, por quien se hacen todas las cosas y quien todo lo organiza según su querer. : En  Ef. 4, 1-16 se nos invita “a vivir de acuerdo con la vocación que hemos recibido”.   Hago énfasis en los versículos 7 y 11-12. Donde nos dice San Pablo que “cada uno de nosotros recibió su propio don, en la medida que Cristo los ha distribuido”.  “El nombró a unos apóstoles, a otros profetas, evangelistas, pastores y maestros”.


También podemos encontrar parte de la respuesta en 1Cor. 12, 4ss “Existen diversos dones espirituales, pero un mismo Espíritu; diversos ministerios, pero un solo Señor; diversas actividades, pero un mismo Dios que ejecuta todo en todos. A cada uno se le da una manifestación del Espíritu para el bien común”.   Y podemos continuar citando el resto del capítulo para llegar a la conclusión de que todos formamos el cuerpo de la Iglesia, cada uno con distinta labor y en distintas circunstancias, según los dones que hayamos recibido de parte de Dios. Podríamos leer también: Rm.12 para ir encontrando la respuesta a dicha inquietud, a la luz de la palabra de Dios. 


Otra pregunta frecuente es: a que se dedica el Hermano?  Que hace un hermano?
Tendría que citar también nuestras Constituciones: “Todos los miembros de la Congregación participan por el bautismo y la confirmación del sacerdocio real  de Cristo, unos son clérigos y otros Hermanos, y todos se llaman también misioneros;  los Hermanos están destinados al apostolado de la Iglesia y de la Congregación, y lo cumplen con obras adaptadas a su condición.”  


Cada Hermano se dedica a servir según las necesidades de nuestra Congregación.  Son tantos los menesteres que puede  realizar cada uno según sus capacidades, ante todo con  amor y para  glorificar a Dios, como Laico consagrado.  Con su trabajo permite que los Sacerdotes de la Misión se dediquen a su labor ministerial y pastoral, en lo que de alguna manera también el Hermano puede participar y si ha recibido algún ministerio con mayor razón.


A lo largo de la historia de nuestra provincia ha habido Hermanos dedicados a la Enfermería, sastrería, agronomía, conducción, ebanistería, litografía, carpintería entre muchos otros servicios. O de cada cosa un poco.


Este es uno de los trabajos del Hermano Jairo 
Para concluir esto que pretende ser un artículo sobre la vocación del Hermano, cito la Ratio Formationis para la Congregación de la Misión, sobre la “IDENTIDAD DEL HERMANO EN LA CONGREGACIÓN DE LA MISIÓN: Ser Hermano en la Congregación es una auténtica vocación cristiana, consagrada y vicenciana, completa en sí misma como un verdadero don de Dios, con su contenido especial, y no una vocación que sea medio clerical medio laica.(“Hermanos para la misión“, Vincentiana 1989)  El Hermano a diferencia de los clérigos, es llamado a vivir su vocación misionera desde la perspectiva de su consagración como laico. El Hermano será de una manera visible a la vez laico y ministro y un colaborador en plano de igualdad con los sacerdotes en la vida y el ministerio de la congregación”.   

Ruego a Dios se digne llamar jóvenes que quieran servirle en este estado de vida consagrada.

                                          Hermano Jairo Edilberto Valero, C.M.
Sobre la Vocación del Hermano Sobre la Vocación del Hermano Reviewed by Pastoral Vocacional- Familia Vicentina on mayo 05, 2017 Rating: 5

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